Para la edición de 1958, Ferrari alineó 10 coches, pero solo
uno fue capaz de terminar La Carrera, el 250TR, conducido por Gendebien y Hill.
También es cierto que solo uno puede ganar, y el ganador fue
ese único Ferrari superviviente, el dorsal 14, que con su V12 de 3 litros, cruzó
la meta tras 305 vueltas, y recorrer 4102 km, a una media de 171 km/h.
El coche que nos ocupa, no fue el ganador, eso sería lo
facil, este, es el dorsal 19, el 250 TR 58, chasis nº 0730, alineado por la
N.A.R.T., y conducido por Edwin D. Martin y Fernand Tavano, que tras 77
vueltas, se vio obligado a abandonar por problemas de embrague y encendido.
La base del coche es un Ninco, curtido en mil batallas, y un
poco perjudicado, al que decidí dar una segunda oportunidad.
El problema (uno de ellos) que tienen los clásicos de Ninco
es la “costura” de unión entre carrocería y chasis, y que los afea bastante, así
que decidí separar la parte mecánica, de “la chapa”, para solucionarlo. Los laterales
del chasis fueron separados de la parte central, así como parte de la trasera y
del morro, y unirlos a la carrocería, para después eliminar la costura con
masilla.
El resto del trabajo, fue el habitual, lija, imprimación…
para llegar a la pintura. Está pintado con spray azul claro metalizado de
Tamiya, demasiado claro, vistas las fotos que encontré cuando ya estaba pintado
y barnizado, y que dejó el coche “apartado” una buena temporada.
Cuando retomé el trabajo, decidí terminarlo de todas
maneras, así que pinté la linea blanca central y continué con los detalles.
El resto del trabajo ha consistido “iluminar” un poco el interior, instalarle la lona, algunos “detallucos” en fotograbado, unos faros auxiliares para el morro, un piloto, copia en resina de uno de los de Ninco, con una cabeza, tambien en resina, y reponer llantas y otras piezas perdidas en su época de pista.
Un saludo
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