miércoles, 4 de junio de 2014

Lola, la novia del Capitan América

Muy buenas.

Reconozco que le tengo cariño a Lola... al fabricante de chasis y coches de carreras Lola, que despues vienen los problemas.

Lola lleva presente en las carreras desde principios de los 60 y siempre ha sido una de las primeras opciones (junto a Chevron) para las escuderías privadas, y han sido muchos, los pilotos y preparadores que han "metido mano" a Lola, montando motores de todos los tipos, gustos y tamaños, desde pequeños 1.6 britanicos de origen Ford, hasta grandes 3.0 de padre americano, pasando por BMW... y haciendo "estudios aerodinámicos" de todo tipo.



Se han podido ver Lolas en todas las competiciones imaginables, desde la F1 o  Le Mans hasta la Subida al Fito (no tengo nada en contra del Fito, fue la primera prueba del Nacional de Montaña que se me pasó por la cabeza), pasando por el TDF o lo que a uno se le ocurra.

Una de las series que mas juego dió, desde mediados de los 70 en adelante (aun hoy siguen unidades en activo, y no solo en competiciones de clásicos) es la de los 280/290, con todas sus variantes.

Dentro esa serie, encontramos varias configuraciones de carrocería, y una de las mas curiosas (ademas de por su decoración), es la que Jean-Marie Lemerle preparó para su barqueta, con una larga cola y un prominente alerón.


 En cuanto al motor, montó algo habitual en Francia a principios de los 80, un ROC Simca de 1995 cc., motor de sobra conocido y probado, ya que incluso había una copa de circuito que se disputaba, en exclusiva, con ese motor.


Si la aerodinámica era curiosa, el exponsor que consiguió para financiar su proyecto y asistencia a las 24 h de 1980, no lo era menos: El Capitan América... bueno mas bien, la productora Universal Estudios, que ese verano estrenaba pelicula del superheroe.


En fin, que como, ademas de gustarme los coches, soy un poco "friki", y un amiguete me pasó  unas fotos... pues me lié a hacer el coche.

Partiendo de un 280 de Sloter, se rehizo por completo desde las puertas hacia atrás (y algún detalle por delante tambien), para dar forma, longitud y anchura a la carrocería. 





Despues, como otras veces, se clono en los talleres de Enric Joeslot, en Barcelona y las calcas, fueron obra de Raul Flamecustom, en Madrid.


Para el montaje, se utilizaron las piezas del Sloter donante, a alguna de las cuales hubo que hacer algun retoque, y algunas otras, salidas del cajón de restos y plásticos varios.



A cuidarse.

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